El día de hoy me despierto sabiendo que desde hace dos días las cosas ya no serán las mismas; que la sociedad mexicana está pasando por una crisis que jamás se había experimentado; que todo se vedesolador, lejano, confuso y lleno de frustración. Y más me duele saber que en mucho tiempo el panorama no mejorará en lo absoluto. No me cabe en la cabeza que algo así haya pasado, qué más quisiera que los atentados contra la población civil de hace 48 horas fueran tan sólo una broma de mal gusto o un sueño tormentoso. Qué más quisiera el saber que el gobierno, los políticos y demás hayan hecho un esfuerzo por sacar a este país de las tantas carencias que padece, cosa que si bien no es fácil para nada es imposible. La delincuencia es una de esas quemaduras de tercer grado, que dejan secuelas y dolorosas cicatrices, que gracias a la indiferencia mostrada hacia ella por parte de los últimos presidentes nos muestra el terrible error de haberla subestimado. Ya no importa de quien venga, ya no impo...