Una esquina para escribir...

LUGAR DE LAS LIBELULAS.



El tráfico está pesado…….El calor, en medio de todas las caras hastiadas del trayecto…..el asfalto reflejando como espejo las ondas de calor. Para cuando llegue, estará bien entrada la tarde, pero mientras tanto, aquí va…….empapada en sudor, pensando en el refrescante baño que se dará al llegar……

Encontraron un refugio seguro para aislarse. Ambos recorren su parte del camino hasta ése lugar intermedio, es urgente el encuentro, cuestión de supervivencia pura. En esa jungla encontraron un remanso, un sitio al que casi no llega el ruido de la calle, de ambulancias, de frenazos….


Siempre que ella llega, él la espera como novio de pueblo, afuera para que no sea molestada por los impertinentes empleados con preguntas bochornosas como ¿A qué piso va?

Ese es el único inconveniente, a pesar del tiempo transcurrido todavía se le pone morada la cara de sólo pensar que le pregunten y eso que se siente muy “open mind”. La verdad es que después del entrenamiento intensivo de tantos años, cuesta mucho quitarse ésas cáscaras tan corrosivas.

Ninguno de los dos es joven, están bien entrados en los años y por eso decidieron vivir lo que les toque, como se pueda……Atrás quedaron las expectativas familiares, de ambos, y las personales, de ambos también. Sólo queda llegar a la madriguera y olvidarse del exterior…Y lo logran casi todas las veces.


Al cerrar la puerta se despojan de la ropa y junto con ella, de las historias de cada uno, no hay preguntas ni promesas, solo empiezan el ritual de sonidos familiares, de chasquidos, de olores, de tactos, de vistazos al interior de los sentidos, con los ojos cerrados, apretados, sin preguntar por nadie, sin aclarar nada, solo esos ruidos mínimos, rítmicos; de respiraciones acompasadas, de gemidos, de bufidos, de risas, suspiros…..


No hay nada que decir… ¿Para qué? No hay nada que remediar, nada que cambiar, nada que compartir, cada uno con su vida a la que el otro no puede y no quiere acceder, ni cuestionar, ¿Qué cambiaría? Contrariamente a lo que se piensa y a lo mucho que se ha dicho sobre todo lo que pudo haber sido, la realidad es que no fue.
Y no puede cambiarse. No podrían , ninguno de los dos , soportar el hacer sufrir a los demás por algunas de las cosas que ya , con su larga experiencia, han visto y vivido por dentro y por fuera.

Después de la faena, la siesta, rendidos, recuperando fuerzas. Hablar , tal vez ; de proyectos juntos , que nunca se llevarán a cabo…De cosas que les gustaría, de viajes que podrían hacerse , de algún tipo de soluciones, todas palabras al aire, esperanzas que se vuelven libélulas nerviosas y tornasoladas, con muchos matices, pero todos en azules y violetas, los colores de la nostalgia, de los deseos, de las añoranzas…

Siempre salen de la mano, como si fuera la primer cita, cada quien va a su vehículo se despiden con una agitación de la mano y se miran con tristeza…Si hubiera otra forma…
El va por delante en su auto, ella lo sigue, en la próxima esquina, ella dobla y se despiden de nuevo con la mano, él la llama por celular para asegurarse de que ya va en el camino correcto y para decirle que le hablará más tarde para asegurarse de que llegó bien a su casa.

Así es, y así será….Cuando esto empezó se plantearon las opciones más pertinentes y razonables cada uno por su lado, quedando sólo las irracionales que son de las que se colgaron para solucionar de la mejor manera el conflicto y realmente no fue difícil la elección entre esto y….nada.

A pesar de todo ambos coinciden en algo…Fue lo mejor que les pudo pasar…Ahora saben, a estas alturas; que hay alguien a quien si le importa lo que hacen , piensan y sienten.

Ya no importan las reuniones familiares tradicionales, donde se presentan a las parejas y todos ponen cara de circunstancia; dónde todos , después del brindis voltean a su lado para abrazar a la persona que comparte su vida y después a los demás……De ser de ése tipo de personas , las que tienen que esperar a que se desprendan de los otros brazos para darte un apretón rápido y gustoso… Sólo buscan los trozos de tiempo para ambos, de coincidir entre lo que deben hacer y lo que quieren hacer.

Tal vez sea por eso que cuando están juntos no dejan de abrazarse, de tener las manos tomadas, siempre, tal vez sea lo limitado del tiempo, lo escaso de los días, no importa su frecuencia, siempre es poco, falta más, falta quedarse, amanecer, despertar, verse dormir….

De regreso ya no hace calor, es la única diferencia, el tráfico está igual, pero la ansiedad ya no es la misma, hay un dejo impotencia, de rebeldía ante la injusticia divina…….Un renegar del destino, ojalá fueran más cínicos para que no importara nada, pero no es así….

Suena el celular, es él, ella le dice por donde va más o menos, se despiden hasta el rato que se vuelvan a llamar y se ponen de acuerdo para todos los días consecutivos de llamadas cariñosas .…

Hasta la próxima vez………..


Texto e imagen: Julieta Moreno

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